Reflexiones de un pasado próximo.

Hace ya mucho tiempo que comenzó el proceso de desintoxicación y siento que sigo hundiéndome más en mi propio abismo.

Han pasado muchísimos años desde que comencé a plasmar mis letras, todo comenzó cuando era una pequeña y sufrí mi primer ruptura sentimental, falleció una figura materna, creando que mi interior se quebrara; pasado el tiempo seguí con mi ruptura sentimental, pasaban personas por mi vida que al poco tiempo se iban, porque huían de mi, porque yo no sabía discernir, el amor propio de la necesidad afectiva.

Aún recuerdo momentos de locura, mi necesidad afectiva se convirtió gravemente en una cárcel sentimental, sufrí mis derrotas como ningún otro, cuando veía que se iban para no volver, amistades que nunca se despidieron, aunque hubo quienes lo hicieron jamás explicaron motivo, amoríos que jamás quise, que solo le buscaba un provecho, porque no sabía querer, amar, nadie me lo enseñó, ni mamá.

Tenía diecisiete años cuando la conocí, el rumbo de mi vida no estaba muy bien, sufría de ataques propios a mi personalidad, soledad acumulada y años de resentimiento interior, había tenido ya otros encuentros afectivos pero siempre abandonado la parte razonable, pero fue ahí en donde se convirtió en pieza fundamental en mi vida; fue despacio, fue paciente, fue maravilloso y muy imprudente la manera en que le conocí, la manera en que rocé su mano sin tenerla y como apacigue mis noches en vela, gracias a ella aprendí que mi rumbo era crecer, mejorar, caminar varios senderos sin nunca desviar el objetivo, y que la sonrisa en tu cara no solo mejora tu aspecto, la vida de otros también.

Cuando te fuiste deje de escribir, hoy volví, aunque en esta ocasión no es para acumularte de sentimentalismo inoportuno, de un te amo sin futuro, de una carga desproporcionada de necesidad; esta vez te agradezco haberme guiado durante esos dos años que tuve la dicha de tener quien me comprendiera, apoyara y creyera en mí, porque gracias a ti seguí el camino en el cual me encuentro actualmente.

Ahí comenzó mi transformación, sabía que las cosas buenas suceden para quienes se empeñan cada día por conseguirlo, que no existe la casualidad, los milagros o la fortuna, que si deseo un amor sincero lo podre tener si yo también soy capaz de visualizarlo y entregarlo; despues de ti, creí haber encontrado la pareja adecuada a mí, aunque no fue así el tropiezo me hizo darme cuenta de las cosas que estaba haciendo mal, y entonces llegó una chica que nuevamente cambiaría mi vida radicalmente...