Tregua

Es hora de partir exclamó la razón.

Esta vez no hubo batalla campal, todos estuvieron de acuerdo cuando la razón decidió tomar el liderato, al gritar que hasta aquí fue el día el corazón se levantó de aquella oscuridad asintiendo la decisión al quitarse las telarañas de estar en el rincón sentado y cansado de esperar hacía mas de un año, después el cuerpo se pronunció, se perfumo y se miró al espejo hermosa, fue entonces en donde comenzó a caminar está mañana. Los tres están de acuerdo al fin, después de hace tanto tiempo de estar en guerra, la tregua había llegado, el acuerdo de paz ya firmaron y las armas que hacían daño con el cambio se extraviaron. Día histórico, veinticinco de julio, el corazón y el cuerpo ya se habían dado por vencidos, de pedirle calma a la razón, de esperar que en algún momento quizas todo volvería a la normalidad, como cuando no existía quien los pusiera en contra o a dudar. Hoy inicia la Unión, y con ello empiezan a crearse los estatutos para formar una organización que nunca más permita conflicto interno entre las partes de mi ser...

Ya resuelta la cuestión sólo queda esperar se solidifique el reglamento que no permita que vuelva a suceder otra guerra, que evite que exista un revolucionario que mande a reprimir al pobre corazon y aunque las armas seguirán usándose, serán sólo para la defensa y que sepa cualquier ofensa, que nadie más podrá crear tensión en mi cuerpo, razon y corazón.