Mon II

Y si te soy sincera, te extraño...

Te extraño casi tanto como las flores extrañan cuando el sol no sale de entre las nubes, y me lamento y pienso que tu debiste estar ahí conmigo, como yo lo estoy contigo, aunque solo en pensamiento.

Y lo único que me sustenta a seguir tan de pie como una roca pesada y firme ha sido en gran parte recordar la vez que toque el cielo entre tu piel terciopelo, sintiendo tus latidos cerca, en mi mente se revuelca aquel momento y me impide que pueda olvidar el sentimiento que me revive cuando te pienso.

Mi musa, la mujer que lleva tanto tiempo en complicidad con mi locura, agotando mis delirios, derritiendome cuando la veo, desviviendome del deseo, tan solo tu siendo capaz de desatar este talento y que con solo una sonrisa has sido capaz de enamorarme cada día.

Estas tu, tan seductora y tan volátil, haciéndo que te busque entre oscuridades, y que te esconda entre claridades; tu mi amor secreto, mi prohibido deseo, mi gema preciosa, un eterno amor que no ha sido capaz de entender un no.

Estoy enamorada de ti, impredescible como la naturaleza al tiempo, nunca sé cuando voy a reaccionar así y muchas veces lo lamento, porque no quiero ser un mal momento entre tu propia felicidad, pero hay algo que me impide pensar, ser más sensata, quizás alguien más en otra parte de tu vida haya sentido lo que yo en este instante, y me podría comprender, tener a alguien como tú tan cerca significa ser incapaz de callar lo que puedes hacer sentir lo que emanas desde tu mínimo caminar.

Te quiero.